Sin titulo
“Ponle tú el que veas más apropiado”
Esto es una historia real. Una historia que jamás nunca
tuviera que existir a no ser que fuese en la ficción. Pero no ha sido así. Esta
historia la conocí en el centro penitenciario de Estremera en la época que
estuve allí de voluntario. La historia de un interno que pudiese ser cualquiera
de nosotros.
Imaginaos. Una familia humilde chilena. Tienen la bendición
de tener una niña. Pera esa niña, se convierte en un gran trastorno para la
familia. Ha nacido sin un riñón y el otro es demasiado pequeño para sobrevivir.
Solo hay una posibilidad para poder salvarla. Un trasplante. La familia es
demasiado humilde para poder costearlo. Hace falta un dinero que no lo hay ni
se puede conseguir. La niña se muere, es cuestión de tiempo. Se le ofrece una
oportunidad para poder conseguirlo. Cometer un delito. Nunca cometió ningún
delito anteriormente. No hay tiempo. Se le ofrece viajar a España en forma de
mula. Es decir traer droga dentro de su cuerpo. Es dinero fácil y rápido y se
consigue salvar la vida de su niña. Por supuesto se acepta, la niña no está
para confiar en milagros. Se ofrece dinero suficiente para el trasplante en
otro país. Lo que no sabe el pobre hombre que las mulas son trampas para poder
despistar y pasar cantidades más grandes por otros sitios. El padre de familia
al llegar al aeropuerto de Barajas es detenido. Ocho años de cárcel es la pena
por ese delito.
¿Se arrepiente el padre? No. Su hija se ha salvado mientras
el cumple su condena con dignidad pues sabe que ha cometido un delito. Lo que
me parece más impactante es que mientras en un lado del mundo una niña crece
sin recuerdos de su padre. En el otro lado, el padre se emociona viendo crecer
a su hija mediante fotografías.
Ahora yo pregunto: “¿Cometerías tú un
delito para salvar la vida de tu hijo?
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¿Sabéis por qué quiero contar esta
historia? Porque en el mundo tan individual en el que vivimos es muy fácil
juzgar lo bueno y lo malo. Todo lo que nos afecta a nosotros es malo. Pero
nunca lo miramos en lo que nosotros afectamos a los demás. No importa que un
país sea más rico aunque eso sea a costa de que otros sean más pobres. Incluso
ocurre entre ciudadanos de un mismo país. El poder de unos siempre es a costa
de la pobreza de otros. Entiendo que siempre tiene que haber diferencia de
clases. Pero lo que no concibo es que unos puedan desperdiciar mientras otros
no tengan necesidades básicas.
El mundo siempre da señales de que no
estamos haciendo las cosas bien. La miseria de muchos países a la que es muy
fácil ignorar. Cuando se nos da toques
de atención como guerras o terrorismo, que nunca lo justificaré. Pero es real. Nunca
pensamos de donde viene eso. ¿Qué responsabilidad tenemos todos? Y queriendo o
no, creamos una rueda cada vez más grande y por supuesto más difícil de
detener.
Sólo la unión de un mundo cada vez
más abierto, con menos fronteras y un objetivo común. Un cambio de mentalidad a
nivel mundial, una abertura espiritual en la que todos somos uno. Una prioridad
total por el mundo, la tierra que dejamos a nuestros hijos. Se lo que vais a decir. “Es un tópico”. Por
supuesto tenéis razón. Un tópico nunca puede ser real. Lo malo de todo que sin
tópicos el planeta se muere. Podemos condenar el planeta a morir o darle la
oportunidad de renacer.
En el jardín del alma.
Siso Santos.