“Cando alguén ten a necesidade de voltar a
casa da nai. Non só ten a necesidade de atoparse de novo coas suas raices. Nin
sentir o refuxio do fogar. Ten a necesidade de abrazar de novo a ese neno interior que
levamos sempre con nós. O noso propio EU.”
“Cuando alguien tiene la necesidad de volver a
la casa de la madre. No solo tiene la necesidad de encontrarse de nuevo con sus
raíces. Ni sentir el refugio del hogar. Tiene
la necesidad de abrazar de nuevo a ese niño interior que llevamos siempre con
nosotros. Nuestro propio YO.”
A veces por cansancio y otras por perdernos en
la vida, tenemos la necesidad de volver a la casa de la madre. A volver a
recordar la infancia, el tiempo vivido atrás, donde nos encontrábamos refugiados
y protegidos por nuestros padres. Es volver a encontrar a ese niño que se
permitía crecer sin miedo. Recordar la esencia de quienes somos para
permitirnos seguir creciendo.
Yo reconozco la necesidad que tengo muchas
veces de volver a mi pueblo. Volver al hogar. “O Seixo” significa cuarzo. La
historia dice que donde ahora es un muelle, antiguamente había una piedra de
seixo donde atracaban en antaño los barcos. Necesito sentir la energía de la
piedra y el mar. El río, donde recuerdo de pequeño lavar en el lavadero con una
vecina mayor que me llevaba por las mañanas y después desayunaba en su casa. Las
fuentes, antiguamente eran puntos de reunión pues todos los habitantes
del pueblo recogían agua para sus casas. El monte, de pequeños era nuestro sitio de juegos preferidos donde
hacíamos cabañas, Y claro esta la marea y el mar, donde pasábamos tardes
enteras en el agua o en las barcas remando buscando lugares nuevos para el
baño o sin que lo supieran los mayores haciendo batallas de embarcaciones con los achicadores, con el
objetivo de hundir el bote contrincante.
A pesar de muchas cosas que haya contado
anteriormente en otras entradas. Tengo que reconocer que yo he sido y soy una
persona muy afortunada. Pues la vida me ha dado regalos maravillosos y me los
sigue dando. Me enseña muchas cosas, a veces antes de entenderlas aparentemente
duras pero después entiendo que son necesarias para el aprendizaje que he
querido vivir. Mi infancia en mi pueblo fue uno de los regalos más maravillosos
que me ha dado Dios. No habría escogido ningún lugar mejor para pasarla.
La casa de mi madre esta situada frente al
mar. El sol la ilumina desde que sale hasta que se pone todo el año.
Yo se que no he sido un
hijo fácil. Mi condición, mi rebeldía, mi manera de querer vivir sin duda lo
ponía muy difícil a unos padres que no tenían que estar preparados para eso. Pero
reconozco que por muy difícil que haya sido, siempre habéis estado ahí. A veces
sin saber como reaccionar, pero siempre presentes. Y aunque fuera difícil
compartir ideas, nunca me he dejado de sentir querido. Por eso no es extraño
que aún hoy en día tenga la necesidad de volver a la casa de mi madre. A
llenarme de la energía de las raíces de la tierra donde me crié. A pesar de todo lo vivido fui muy feliz. He
tenido una infancia muy feliz. Eso nunca habría ocurrido sino tuviera los
padres que tengo.
Siso Santos