lunes, 14 de diciembre de 2015

“Leña del árbol caído”


Buda dijo una vez: El viento no puede agitar una montaña. Ni el elogio ni la culpa mueven al hombre sabio. – Millones lo condenaran, muy pocos lo alabarán- pero él no hace diferencias. Permanece como una montaña inamovible.


Había una vez un árbol que lucía sobre un bosque encantado como un mismo sol. Sólo la copa de ese árbol protegía, cubría y amparaba a muchos otros árboles y criaturas del bosque. Todos los habitantes del lugar admiraban y amaban a ese árbol por todo lo que les proporcionaba: Una buena sombra en verano, los protegía y amparaba de los fuertes vientos, les proporcionaba alimento de sus frutos y cuando las criaturas del lugar se sentían desamparadas o asustadas iban corriendo a abrazar al árbol para sentir la energía que corría por su fuerte tronco. Incluso se decía que si apoyabas el oído sobre el tronco oías correr el fluir de su sabia. 

En aquella época el árbol era amado por la mayoría de las criaturas del bosque y admirado por el resto de sus compañeros árboles. Incluso los más críticos y enemigos del árbol no se atrevían a criticarlo para no quedar mal ante toda la multitud que le quería, callando por vergüenza cobarde sus opiniones. El árbol intentaba por todos los medios no dejarse arrastrar por los elogios y las críticas.   Permaneciendo sereno, disfrutando de cada abrazo de las criaturas del bosque y del cobijo que les proporciona con su hermosa copa. 

Pero un día no se sabe porque, el árbol empezó a resentirse. Sus hojas de un verde intenso empezaron a ennegrecerse y caer.  Todos los seres y criaturas del bosque se quedaron perplejos, observando lo que estaba sucediendo al árbol.  Susurros y murmullos corrían de oído a oído por todo el bosque. Mientras los ojos cada vez más abiertos miraban con atención al árbol todos quien más o quien menos intentaban adelantarse al futuro presagiando unos, con sus mejores propósitos naturalmente,  la sanación del árbol y otros con una aparente tristeza anunciaban su final. 

El árbol luchaba con todas sus fuerzas por sobrevivir pero la lucha era inútil y su enfermedad avanzaba por momentos. Ahora era la corteza la que sufría las consecuencias. Se resquebrajaba como corcho y se caía en pedazos a la tierra produciéndole un terrible dolor que no tenía consuelo. Los habitantes del bosque empezaron a actuar de diferentes formas.  Algunos lo abandonaron porque no podían soportar el dolor y el deterioro del árbol que un día vieron grande y hermoso; otros en cambio se tiraban flores a ellos mismos mostrando sus cualidades y virtudes comparándolas a las del viejo árbol con el fin de captar la aprobación del resto de las criaturas; y por el contrario otras que tímidamente mimaban y limpiaban las heridas del tronco del árbol mientras este agradecía con una sonrisa entre suspiros, lamentos y agonía. 


Un día lo que todas las criaturas estaban esperando sucedió y el árbol se desplomó en la tierra. Las ramas que un día fueran orgullo de belleza en el bosque se partieron en el suelo con la caída. Pero nadie le oyó gritar, ni siquiera un quejido, tan sólo un leve suspiro salió de sus últimas hojas.  Los que habían sentido el correr de su sabía por el tronco y la energía que emanaba por todo el bosque apenas podían percibir ahora la lentitud de su sabia cansada a tropezones. Pero no esperaron a su muerte.
Sus enemigos que antes sentían vergüenza de hablar de él ahora no callaban para menospreciar y criticar al árbol.  Aparecieron de todo el bosque voluntarios sustitutos para ocupar su lugar. Pero su cuerpo aún estaba presente y eso era una huella palpable en los habitantes del bosque. Aún no había dejado de respirar, ni su sabia de recorrer a paso lento su cansado cuerpo cuando empezaron ya a mutilar sus ramas, cortar troncos, cortezas, arrancar raíces… La sabia abandonaba su cuerpo para infiltrarse en la tierra. Mientras unos gozaban y se divertían por la caída del árbol. Otras criaturas lloraban en silencio recordando el cobijo de sus ramas, el abrazo protector de su tronco y la energía de vida que les había trasmitido. 

Para todos, el árbol ya estaba muerto y formaba parte de un pasado. Unos mantenían una lucha interna por sustituir al árbol que algunos llamaban ahora sagrado. Otros seguían en sus vidas como si nada hubiera ocurrido pero otros guardarían en el interior de su memoria y en el corazón el recuerdo del viejo árbol pero lo que si todos desconocían que en el interior de la tierra, en un lugar oculto y escondido existía aún un trozo de raíz del gran árbol, donde todavía vibraba con fuerza su poderosa sabia. Y allí como lo explicaría la bruja de un bosque encantado, en ese lugar remoto crecía, descansaba y se alimenta de amor y sabiduría la energía del nuevo árbol para renacer de nuevo con más poder si se puede. 

Sólo una humilde mariposa de colores vivos y una bella sonrisa sobrevuela en círculos el lugar exacto donde habita la semilla, esperando que llegue su primavera. No se sabe cómo ni cuándo va a ser, porque no hay fecha exacta y no está escrito en ningún calendario pero la mariposa sabe que sin darse nadie cuenta, un día asomará de la tierra un pequeño árbol insignificante que nadie repárala en él y ocupará el lugar exacto que le corresponda en el mundo.

En el jardín del alma.

                                                                   Siso Santos.


lunes, 30 de noviembre de 2015

Médicos del cielo


¿Que son los médicos del cielo? Nada define específicamente a los médicos del cielo, para algunos son ángeles, para otros guías espirituales, seres elementales o incluso extraterrestres pero si se sabe que son seres de luz. Seres que aún ocupando otras dimensiones están muy próximos a nosotros confirmándonos que en un mismo lugar se pueden vivir o experimentar espacios y tiempos diferentes. 
¿Son los médicos del cielo seres protectores de nosotros? Los médicos del cielo al igual que nosotros mismos somos seres de luz. Seres que nunca dejamos de evolucionar. La única diferencia es que nosotros estamos encarnados en materia y ellos no. La materia nos recuerda que esta evolución tiene un plazo de tiempo determinado pero sólo la evolución presente por que la real puede tener un tiempo indefinido. Pues sin materia seguiremos siendo seres de luz en evolución. 
¿Qué misión tienen los médicos del cielo? La evolución es enriquecedora siempre para todos, no sólo para la persona que está creciendo en este momento pues lo creamos o no, cuando alguien está creciendo o enriqueciéndose en algo no sólo lo hace esa persona, lo hace la circunstancia que lo rodea y decirlo también el universo entero está creciendo y aprendiendo.  Todo es un equilibrio. Donde cada uno asume la responsabilidad de vivir su propia experiencia. Los médicos del cielo no tienen más misión que crecer y experimentar. Sabiendo que cuanto más crezcamos como seres de luz, más luz y evolución espiritual emana en el universo. Vibrando en esta conciencia los seres de luz si nos aportan y ayudan. Cuanto más consciente nosotros seamos de eso, mayor sentiremos el apoyo y la ayuda de los médicos del cielo. Recordar que no están lejos, no hay espacios ni tiempos. Incluso nosotros mismos podemos ser los propios guías de otras personas o seres y a la vez ser guiados. 
¿Cómo comunicarse con los médicos del cielo?  Nuestro espíritu está conectado como en  una red de internet a otras redes.  Así que de una forma espiritual estamos conectados entre todos  y el universo.  Simplemente con nuestro pensamiento  y sentimiento estamos conectando con una vibración, eso si, hay formas para conectarnos conscientemente con los médicos del cielo. Invocaciones, meditaciones o escritura automática. 
Quiero decir con todo esto que al pedir ayuda o tratamientos tanto a nivel físico, mental o espiritual a los médicos del cielo en primer lugar estoy permitiéndome a mí mismo transmutar un hábito malsano que me impide evolucionar o me crea algún sufrimiento. Una vez que me comunico con ellos tanto sea por meditación o invocación el tratamiento puede ser de urgencia  o  un tratamiento completo donde el agua se convertirá en canal de sanación o vínculo entre nosotros y los seres de luz.  
La otra forma de comunicación con los médicos del cielo es la escritura automática. Después de invocar a nuestros guías o seres de luz tras una invocación.  
La escritura automática es la herramienta más directa con estos seres que siempre están. Yo la definiría como un  canal potente de comunicación entre nosotros y nuestros seres de luz.  A mí personalmente la escritura automática me puede servir más que para pedir un tratamiento que para eso usaría el vínculo del agua; la usaría como forma de entender lo que ocurre en mi vida, sucesos…  Como por ejemplo: “¿Por qué estoy viviendo esta situación?” “¿Qué tengo que aprender de esta experiencia?” “¿Qué puedo aportar yo en esta situación?”….
Mi experiencia personal  con los médicos del cielo es saber que todo lo que nos pase  en el momento en que vivimos  es lo mejor para nosotros y para ello están nuestros guías para acompañarnos y siempre podemos apoyarnos en ellos para construir nuestros caminos.
Doy gracias a todos los seres de luz, a mis guías espirituales, a los médicos del cielo por hacerme sentir siempre acompañado.
Gracias desde el  jardín del alma…

                                           Siso Santos.




lunes, 23 de noviembre de 2015

El camino del proceso


         Cuando empezamos algo nuevo en la vida, tanto sea un sueño, un proyecto, un curso... Es empezar una aventura donde podemos imaginarnos y soñar con la meta o un resultado. Pero lo mejor es vivir cada momento observando y meditando cada paso de ese proceso. El final no importa tanto porque lo mejor en el camino es no poner ese final que nos limita. Lo mejor es crear un camino sin fin donde no nos pongamos metas. Aunque la meta sea la excusa perfecta para empezar la aventura. Las metas son muertes que llevan a un vacío pero cuando estamos aprendiendo algo que nos gusta y nos enriquece lo más maravilloso es dejarse sorprender por los distintos caminos y experiencias que nos hacen crecer en nuestro proceso de madurez y crecimiento.
Quiero dedicar esta entrada a aquellas personas que en un aspecto u otro de su vida están aprendiendo y creciendo. El disfrute y el gozo es la mejor herramienta para cualquier estado de crecimiento. El disfrute es lo que nos dice que el camino que hemos escogido es el adecuado en el momento en que estamos en la vida.
Nada es por azar. Ni el proceso que hemos escogido para experimentar ni el grupo o la gente con quien lo estamos compartiendo. Todo es una conjunción perfectamente sincronizada por el universo para que así suceda.
Cada paso que damos es el camino perfecto a la dirección adecuada, lo creamos o no, en ese momento. Así que no temer. Estamos en la dirección correcta de nuestra vida y los ángeles nos acompañan.
Quiero dedicar esta entrada a todos los caminantes que emprendéis una aventura. Pero en especial se lo quiero dedicar a Nacho Redruello por ser un caminante, un guerrero de luz y sobre todo mi amigo.
Desde el jardín del alma.


Siso Santos.


lunes, 16 de noviembre de 2015

Cuando un jardín se marchita



      Podemos poner y dar toda nuestra energía y nuestro amor al jardín más bello que hayamos soñado. Podemos dar todo nuestro cariño a cada planta o raíz de nuestro jardín con la ilusión que nazcan las mejores flores y árboles más sanos que podamos obtener. Podemos creer ilusos que sólo el amor nos basta.

Pero un día te despiertas y ves que tu cuerpo se marchita igual que una de las flores que cuidas. Sabes que por muy hermosa y sana que sea la flor tiene su compromiso con la planta y cuando acaba su periodo se marchita, cae y muere. La planta no puede evitar que esa flor se marchite, ni siquiera es responsable de su muerte por mucho dolor que le cause. Lo único que puede hacer es generar otras y otras y otras.

El jardinero sabe perfectamente en su sabiduría que cada planta tiene un ciclo y una época en donde florece más. Es el resplandor de cada planta. Por eso sabe que algunas se recogen en sus ciclos para descansar, dormir y esperar a su nueva época. También sabe que mientras unas plantas están viviendo sus letargos otras están es su resplandor y así sucesivamente por eso un buen jardinero nunca deja un jardín sin flores.

Solamente en momentos de plagas, granizadas o algún desastre natural puede hacer destruir ese jardín que el jardinero dio tanto amor. La frustración, el dolor y la rabia se apoderan del jardinero. No solo ha muerto un jardín ha muerto su obra, sus sueños… Es la muerte de un hijo que no volverá. Un hueco en el que nadie puede dar consuelo.

Mi jardín se desvanece y mi físico no tiene la fuerza para defenderlo. Uso todas mis fuerzas para defender a mi jardín como una madre lo haría por su hijo. Porque yo soy esa madre que lucha por su hijo. Por eso mi escuela me duele doblemente porque es mi jardín y es mi hijo. Quiero defenderlo y luchar por él y las piernas no me sostienen, tropiezo y me caigo. La impotencia muchas veces me arrastra. Confieso que muchas noches he pedido a Dios dormir y no despertar más. Mi deseo era no tener mañana. Pero Dios no le concedía y luchaba por mi hijo a pesar del dolor y la impotencia.

He luchado tanto y he perdido todas las batallas. Pero no estoy rendido, nunca lo haría una madre por su hijo. Aún queda la esperanza. Este fin de semana me lo dediqué a la meditación, a estudiar de nuevo, a consultar el Osho y el I ching. Osho me contestó:

“-Tú también pasarás a mejor vida. Sabiéndolo, ¿Cómo puedes pelearte? Trasforma esa energía en luz.”

Y el I ching me dijo:

“-La posesión de lo grande. Un dragón vuela hacia el sol. Fuego y cielo. A quién es positivo le llega muchos dones del cielo: Prosperidad y Éxito. Los proyectos ya alcanzados se consolidarán, reportándonos beneficios también para el futuro.”

Mi intención con esta entrada es un mensaje echado en una botella con el deseo que llegue a todos los rincones. Ofrezco mi escuela (a mi hijo) a cualquiera que desee aportar con sus conocimientos, sus ideas, con sus ganas de aprender o simplemente querer estar y ser uno más en un jardín nacido y creado desde el amor al mundo.

Por favor compártanlo. Estoy pidiendo por mi hijo.


En el jardín del alma.


Siso Santos


Nuestra escuela ---------- www.edenterapiasalternativas.com
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martes, 10 de noviembre de 2015

El tarot de Marsella y los templarios


   La mayoría de la gente se cree que el sentido de haber creado el tarot de Marsella fue sin duda como una herramienta de adivinación. Pero pocos saben que el verdadero sentido del tarot fue para ocultar uno de los muchos secretos que guardaban los templarios.

Los templarios eran una orden religiosa seguidores de cristo. Eran guerreros y a pesar de guardar voto de pobreza consiguieron unas de las riquezas más grandes de Europa. Tenían conocimientos de alquimia y sabían también que la materia tiene energía según sea redonda, plana, puntiaguda... Estas energías pueden causar distintos beneficios o perjuicios a nuestro propio organismo. Le llamaban ondas de forma. Según la energía que ahí encontraban decidían construir el poblado o el templo. Nada se hacía de forma causal. (Hoy esa ciencia se denomina radiestesia)

En la edad media surge la orden de los templarios en Francia, aprobada por la iglesia católica, con motivo de empezar las cruzadas para establecer el orden en tierra santa combatiendo sobre todo con musulmanes, herejes y judíos. Los templarios duraron menos de dos siglos y llegaron a recaudar una gran fortuna y adeptos. Tanto que la propia iglesia católica empezó a sentirse amenazada por los propios templarios. Acusándolos de herejes. Se hacían presos, se torturaban o se quemaban en la hoguera y de apoco igual que aparecieron un día desaparecieron.

¿Pero por qué eran tan peligrosos los templarios? ¿Por qué siendo tan necesarios en un momento para la iglesia católica empezó de repente a ser un peligro o un estorbo? ¿Qué poder o conocimientos tenían que podían ser una carga para el poder establecido? Los templarios aparecieron al igual que se esfumaron dejando una nube de misterio. Llevándose con ellos los secretos que guardaban.

He hablado antes de los muchos conocimientos de los templarios, la alquimia, la astrología, lo esotérico, el arte… En esa época aparece el tarot de Marsella. Unas cartas inspiradas en el juego de la oca. Donde a través de jeroglíficos están representadas planetas, horóscopos, imágenes… cargadas de significados por si solas o combinándolas entre ellas. Guardando, ocultando o mostrando secretos.



          Una carta sin número puede estar al principio o final que es lo mismo: El loco. Numero uno el mago. El que maneja todos los elementos, su sombrero el símbolo del infinito. Os presento ahí a Jesucristo la cara conocida y desconocida del maestro. La última carta es el mundo. Una mujer desnuda dentro de una corona de laureles con una vara de poder. Estamos ante una reina: María Magdalena. El león y el águila lo confirman. La emperatriz y el emperador tienen un escudo con la misma águila. Son marido y mujer. Los enamorados son una pareja de jóvenes con otra mujer mayor y cupido lanzándoles una flecha. La joven se toca el vientre. ¿Estarán contando a la virgen María la buena noticia que va a ser abuela? Así se podría seguir por numerosas cartas.

Cada carta esta llena de significado por si sola y cambiándolas entre otras el interprete del tarot va desgranando una vida o un episodio. 

Siento decir que el tarot no es para adivinar el futuro como a la gente le gusta creer. Pero si es una herramienta muy buena para orientarnos en la vida o manejar un problema. Nuestro futuro somos nosotros quienes tenemos la responsabilidad de crearlo con nuestros actos.

Os deseo un feliz presente para crear un bello futuro para el bien de todos

Desde el jardín del alma.



Siso Santos.


lunes, 19 de octubre de 2015

Otoño “El principio de un ciclo”.




         Los colores ocres de los campos, la caída de las hojas, el viento más frío, la lluvia y los días cada vez más cortos anuncian la llegada del otoño.

Para el I ching (El libro de las transmutaciones y el libro más antiguo del mundo) es el periodo de recogimiento. Un momento ideal para el hogar, estar con nosotros mismos, aprender, transmutar desde nuestro interior para después florecer en primavera. Abandonamos la energía yang del verano para introducirnos en la energía yin de la naturaleza. El yin es la energía sutil femenina que parece que no está, apenas se nota, pero en cambio lo ha acaparado todo.

El guerrero abandona los días del sol para transmutar desde su interior, reencontrarnos con nuestra esencia (por eso en otoño estamos más tristes y apagados) y volvemos a la carga en los días largos. Pero no hay que verlo como algo negativo, todo lo contrario es la oportunidad de crecer desde nuestro interior para ofrecer más a nuestro mundo en los días de luz. Es la época ideal para estudiar, meditar, formarse, crear y empezar proyectos para como una flor abrirse en plena primavera.

Es curioso que en culturas tan diferentes, lejanas y dispares apuntan al otoño como lo mismo. Para los celtas es el principio de año. Abandonamos los días de luz para encontrarnos en la época de la oscuridad, en el hogar, en el descanso del cuerpo para estar fuertes en los días de luz.

De ahí celebramos ahora halloween, siempre llamado fiesta de difuntos. Yo recuerdo de pequeño en Galicia siempre celebramos esa fiesta con "magostos" (fiesta tradicional donde el pueblo se reúne alrededor de hogueras para comer castañas asadas y beber vino) Estas fiestas vienen de la antigüedad. Antes se hacían en el monte como ofrenda a los muertos pues los celtas no tenían templos. El templo era la naturaleza. En las casas también encendíamos velas dentro de calabazas que se ponían en las ventanas para marcar el camino a los muertos y mi abuela nos hacia collares de castañas a todos los nietos.

Halloween por supuesto no existía, era y es la fiesta de los difuntos. La noche más larga del año. La noche en la que estamos más unidos los vivos y los muertos. El fin y el principio del año nuevo Celta.



                          Siso Santos.






martes, 13 de octubre de 2015

Hitler esta en el cielo


         Uno de estos días estaba comiendo con unos amigos. Hemos hablado de muchas cosas hasta que empezamos a opinar sobre la espiritualidad, la energía y las religiones. En ese momento recordé un libro que había leído hace muchos años y me hizo comprender  cosas de la vida  y del mundo en que vivimos: “Conversaciones con Dios” de Neale Donald Wasch.  En este libro se dice una frase que en un principio me impactó por lo sonoro que puede resultar: “Para entender que existe Dios hay que entender que Hitler está en el cielo.”  Parece una blasfemia mencionar a Hitler para poder hablar de Dios. Pero una vez que seguí leyendo entendí que era completamente razonable. Pues a pesar de todo Hitler también formaba parte de Dios.

El libro explica que el cielo y el infierno no existen. Son “necesidades” humanas. Todo es Dios: Lo espiritual, lo mental y lo físico. En la entrada anterior explicaba que el pensamiento es el principio de una acción, ahora digo que el sentimiento es la vibración del alma. Y la unión de todos los sentimientos se llama Amor. Cada alma evoluciona y experimenta constantemente y esa alma es una partícula de Dios en evolución. Todo y todos formamos parte de esa evolución y en ese Todo os presento a Dios.

Supongamos que el cielo existiera. Llamaremos cielo a esa parte donde el alma habita cuando abandona el cuerpo y sigue su camino sin dejar de evolucionar hasta volver a ser reencarnada en materia. Supongamos que el alma de Hitler abandona su cuerpo y se encuentra con Dios. A esté se le plantea una gran duda. ¿Premiamos a Hitler con el cielo o inventamos un infierno para su castigo? Pero es ahí donde ocurre el dilema:

1º.- Hitler es elegido democráticamente con mayoría absoluta. Si tenemos que castigar a Hitler en el infierno, tendríamos que enviar a todo el pueblo alemán a ese castigo.

2º.- El mundo vivía en esa época una gran depresión. Las naciones sabían perfectamente las barbaridades que estaban ocurriendo en Alemania. Pero no hicieron nada, vivían a la expectativa, a ver que iba a ocurrir,  hasta sentirse ellos mismos también amenazados. En ese momento Hitler se convirtió en tirano. ¿Quién tendría que ocupar el infierno entonces?

Lo que quiero decir con todo esto que nada ocurre por casualidad. Que culpar a Dios por lo que ocurre en la vida es lo más fácil e inmaduro que podemos hacer como humanos, porque es quitarnos la responsabilidad. Nosotros somos los únicos responsables de cómo escogemos  vivir y que papel queremos asumir en el mundo que nos rodea. Nosotros formamos parte de ese Todo que se llama Dios.

Hitler ha existido porque el mundo lo ha pedido o por una extraña razón lo ha necesitado, quizás para entender y mostrar la barbarie. Pero no olvidemos que también pidió y necesitó un Jesucristo y lo tuvo; Y un Mahoma, un buda, un Indira Gandhi, un Martín Luther King, una madre Teresa de Calcuta… NO… No hace falta pasar de un extremo a otro para ser del más tirano al más santo. Simplemente en nuestra vida cotidiana, ofreciendo una mano a alguien nos convertimos en Jesucristo. Porque tenemos ese Don.

Imaginar por un momento el mundo en el que deseáis vivir. Lo primero que hay que hacer es amarlo. Recordar que si el pensamiento es el principio de la acción, la emoción alimenta el alma y el cuerpo materializa los deseos. Vivir en la vibración más poderosa es crecer como Dios. A eso se le llama Amor.

 La paz y el amor son la energía vital para el  espíritu.

Paz y amor…

                                        Siso Santos.








martes, 6 de octubre de 2015

El pensamiento: "somos lo que pensamos".


         El pensamiento es el motor de nuestras acciones. Toda acción o consecuencia de un acto esta seguido o guiado por un pensamiento.
Cuando alguien dice: “Esta persona tiene energía negativa no es verdad”. La energía  nunca es negativa. La energía es energía y como energía que es: “Es positiva y negativa a la vez”. Solo nuestros pensamientos son los guías y los constructores de nuestra vida. Es verdad que no somos del todo responsables de los acontecimientos que nos suceden pero si somos responsables de cómo nos enfrentamos a los sucesos.
Los pensamientos repetidos son los causantes de los roles que nos acoplamos como personajes que hemos escogido vivir inconscientemente para determinado momento (siempre el más necesario) bien sea por un motivo u otro: La víctima, el verdugo, el enfermizo, el rebelde... Son muchos de los personajes más comunes que solemos escoger.
El peligro de los pensamientos y personajes es que crean habito y adicción: "Es la mente que me traiciona"; "La mente no me da tregua"; "La mente me hace malas pasadas"... frases muy típicas que usamos frecuentemente y muchas veces a modo de disculpa o incluso lo que es peor: Resignación.No queridos lectores. No vale esa excusa, no es la mente, es nuestro hábito. ¿Cómo poder controlar nuestros pensamientos y la mente? ¿Cómo poder coger las riendas de mi vida y no dejarme arrastrar por mis propios pensamientos y mis viejos hábitos? La meditación.

1º-  La mente no deja de tener pensamientos pues el pensamiento es el motor de nuestra acción.  Querer tener la mente en blanco es absurdo, sólo décimas de segundos podríamos conseguirlo. Lo mejor es dejar fluir los pensamientos. Que no sean un obstáculo. Recibe y despide cada pensamiento agradeciendo su paso por la meditación, con la intención de dejar aparecer otro mejor o hallar una resolución.  Luchar contra los pensamientos es retenerlos.

2º- Usar las visualizaciones  para crear, transformar o deleitarse con  pensamientos guiados por imágenes que nos lleven a ese momento.

3º- Por ultimo en nuestras actividades diarias por pequeñas que nos parezcan deberíamos fomentar la concentración.  Amplía nuestra mente a nuevos pensamientos.
La mente y el pensamiento se ejercitan como hace un deportista con su cuerpo y sus músculos.
Búrlate del personaje que te has creado. Por que somos más que un personaje. Somos “persona” y como personas que somos tenemos todos los personajes habitando dentro de nosotros para usarlos como nos plazca. Pero  nunca permitáis que el personaje escogido consciente o inconscientemente  use a la persona.  Eso hace pequeño al SER ILIMITABLE que somos.   

                                  Siso Santos  



lunes, 21 de septiembre de 2015

El idiota que dio la vuelta al mundo

 
                   Había una vez un día un idiota que deseaba dar la vuelta al mundo. Cuando lo decía en su pueblo en  medio de la nada la gente se  reía y se burlaba del pobre idiota. Lo llegaron a considerar tan loco que por miedo a que  fuese contagiosa tal locura lo encerraron en un calabozo que estaba en la torre de un viejo y húmedo castillo.

El idiota quedó sólo en medio de una habitación prácticamente vacía, solamente un viejo catre ocupaba un espacio de la estancia y un ojo de buey dejaba pasar  la poca luz que iluminaba la celda. El idiota se sentó en medio de la estancia vacía, sin saber por que se sentó en posición de loto, respiró hondamente y dejo que su imaginación volase libremente.

De repente se encontró atravesando un calido desierto, el viento azotaba y el sol quemaba mientras andaba sin rumbo durante horas interminables. Cada paso que daba era un esfuerzo para mantenerse en pie. La sed le secaba tanto la boca y la garganta que le producía dolor  y la mente le turbaba. “!Mira por donde vas y no me pises idiota!” Oyó una voz sin saber de donde venía. “¡Estoy debajo de ti idiota y me estas pisando la cola!” Cuando miró a sus pies pudo ver que uno de ellos estaba presionando la cola de un escorpión de muy mal humor:
-“¡Idiota idiota idiota! ¿Cómo puede ser que en un desierto tan grande donde estamos tú y yo solos puedas pisarme la cola?”
- “Perdón le aseguro que no le había visto.” - Se disculpó el idiota.
-“Es común de los humanos andar sin saber por donde.”
-“Sólo quiero salir de aquí.” -Balbuceo el pobre idiota afligido.
- Si en verdad quiere salir del desierto debes de dejar de buscar la salida y caminar con la intención de ir a otro lugar.
-No entiendo lo que quiere decir.-  El idiota estaba completamente confuso con las palabras del escorpión.
-Los humanos camináis poniendo un objetivo fijo o una meta como si la meta fuese lo único.  Eso os hace pequeños pues en el camino a esa meta puede haber muchas sorpresas maravillosas.  Cada paso es un lugar idóneo de disfrutar pues es necesario para llegar al otro. Todos son imprescindibles y a la vez todos y cada uno de ellos aportan algo al siguiente. Descubrir que las metas no existen que solo existen caminos maravillosos aporta que no hay límites para un camino, solo aprendizajes infinitos donde cada uno libremente decide cual quiere explorar, conocer, experimentar…
-Convertirnos en caminantes de nuestras vidas…-Las palabras del idiota interrumpieron sin pensar desde el fondo de su alma y el escorpión le miró con una disimulada sonrisa. Divisaron el horizonte y contemplaron como una especie de oasis en la lejanía.
-Ahí tienes el final del desierto.- Le comunicó el escorpión.
-Muchas gracias amigo escorpión.
-Llévate esto contigo para recordar este camino.-Le entrego una rosa de desierto que el idiota agradeció.
Una vez se despidieron y el idiota seguía su particular camino, el escorpión le volvió a llamar: “Eh idiota.” Este se giro para verle y se encontró que el escorpión estaba con las manos en poción de oración a la altura del corazón, inclino la cabeza como símbolo de respeto y le dijo: “Buen viaje Maestro.”
                                                   *******************                                                                  
El idiota continúo con su particular viaje. Ahora iba guiado por un mono encima de un elefante que caminaba por un sendero que dividía dos mundos diferentes: El de la derecha era un paisaje frondoso, una densa vegetación cubría la tierra con numerosos tipos de arboles, ríos y a lo lejos se divisaban montañas con sus copas cubiertas de nieve. Por lo contrario el paisaje de la izquierda era sórdido, la tierra seca con surcos, la vegetación escasa y un río de escaso caudal arrastraba un agua llena de lodo. 

El idiota contempló como en la parte derecha del camino la gente vivía en perfecta armonía con la naturaleza. Recogían grandes cosechas que  después los habitantes compartían y repartían en celebraciones. Todo era de todos y todo lo daba la madre tierra.  Ellos adoraban la tierra y esta les nutría de todas sus necesidades: Alimentos, ropas, medicinas, etc.… Por el contrario en el lado izquierdo la gente tenía escasez, se pegaban hasta morir por unos trozos de pan duro. Sus habitantes era la parte más salvaje de los seres humanos.  Era extraño que en medio de tanta miseria se pudiera contemplar un enorme castillo recubierto de piedras preciosas.

El idiota no podía entender las diferencias entre unos habitantes y otros y el mono le contó una historia: “Estos dos lugares un día fueron el mismo, vivían los dos respetando las leyes de la naturaleza y en perfecta hermandad entre los hombres. Pero un día la parte izquierda empezó a querer tener más unos que otros. Se hicieron clases, ricos y pobres. Los ricos se imponían a los pobres y  deseaban ser cada vez más ricos. Hicieron enormes castillos que adornaban con piedras preciosas para mostrar más su poder. Empezaron las guerras interminables y ellos solos destruyeron todos. Ahora las piedras preciosas no tienen ningún valor. Ya no hay nada que comprar”

-¿Por qué nadie quiere cambiar de lado de camino?- Preguntó el iluso del idiota.
-¡Estas loco! ¿Y cambiar de vida?- Sus propias gentes les llamarían idiotas.
El idiota recordó cuantas veces el fue llamado idiota y se entristeció.
“Ahora debes seguir el camino tú sólo” El elefante le ayudo a bajar de su espalda y dejarlo en el suelo. El mono fue deslizándose por la trompa del animal y le volvió a decir al muchacho “Llévate esto contigo, algún día en tu vida tendrá mucho valor” Y le entregó una pequeña de piedra de rubí. 

Solo llevaba unos pocos pasos andando cuando el mono le grito: “Eh idiota” El muchacho se giró y vio al elefante que estuvo todo el rato en silencio escuchando esbozándole una sonrisa y el mono con las manos en posición de oración a la altura del corazón. Ambos animales inclinaron la cabeza en señal de respeto y el mono dijo: “Buen viaje maestro”

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Ahora el idiota se encontró caminando por en medio de una urbe tan grande como nunca se había podido imaginar. Edificios altos que podían atravesar las nubes. El ruido de vehículos que transitaban en un ir y venir constante con un ruido de fondo que envolvía   toda la ciudad. Miles y miles de personas caminando de aquí para allá como en un hormiguero gigante. El idiota se  sorprendió de la cantidad de gente que había. Se fijaba atentamente en cada individuo con el que se cruzaba mientras caminaba sin rumbo en medio de la multitud. Gentes atrapadas en teléfonos móviles o envueltos en sus propios pensamientos. Personas ausentes en un mismo mundo. El idiota se estremeció y pensó: “Dios mío cuanta soledad”
“¿Acabas de bajar de Marte amigo?” Una voz clara y rotunda sobresalía del medio de tanto caos. Cuando el idiota  dio la vuelta vio un hombre mayor vestido de ropa vieja y sucia; los zapatos gastados y un olor corporal tan fuerte y desagradable que lo apartaba o lo protegía del mundo que lo rodeaba. Una risa clara estallaba del interior de su inmenso cuerpo y el idiota se fijo en sus melenas y barbas grasientas y en la falta de algunas de sus piezas dentales: “Yo vengo de Saturno”

El idiota como gran aficionado a la astrología que era sabía que Saturno representa el poder, el orden, el conocimiento… El horóscopo que está con Saturno está obligado a hacer las cosas bien, solo así disfrutará de su beneficio y protección, en caso contrario como buen padre que es se lo haría repetir las veces necesarias para ayudar en su crecimiento personal.

-¿Es feliz la gente aquí? – Le preguntó el idiota al viejo que desde el primer momento lo reconoció como un sabio.
-No es el lugar el que hace feliz a nadie. Es el alma el encargado de esa misión.- Respondió el sabio. – La gente puede buscar la felicidad en el exterior y es dentro de cada uno donde está. Aunque la mayoría de la gente cree saberlo son muy pocos los que se atreven a investigarlo.
-¿Cómo sabré yo que soy feliz?
-Cuando tu corazón y tu mente están en el mismo lugar el alma vibra. Cuando tu deseo y tu voluntad son tu estilo de vida el alma vibra. Cuando estas dispuesto a aprender, a crecer y a compartir el alma vibra. A esa vibración se le llama felicidad. Podemos decir entonces que la felicidad es la energía  en estado puro que alimenta el amor.

El idiota escuchaba atentamente  las palabras de ese extraño personaje.
-Tengo un camino que recorrer y ni siquiera se donde voy ni por donde tengo que ir.
-Lo sabrás cuando llegues allí. Siempre en su momento adecuado. Si supiéramos cual es nuestro  destino intentaríamos cambiarlo o coger atajos y nunca llegaríamos a el. Estaríamos en un mismo lugar dando vueltas. 
 En un momento dado el anciano metió la mano en su bolsillo y sacó una moneda:
-Guárdate esta moneda te llevará lejos.
El muchacho asintió.
-Ahora debes irte.
-No se hacia donde ir.

El hombre abrió su viejo abrigo roído y centenares de ratas empezaron a correr todas hacia la misma dirección. “Síguelas” Ordenó el vagabundo. El joven corría en medio de centenares, miles, millones de ratas que salían de dentro de un abrigo. La gente corría, se apartaba, gritaban de pánico viéndose amenazados por una avalancha de ratas. Sólo el vagabundo a lo lejos mantenía una serenidad perpleja que lo hacia bello mientras con sus manos en posición de oración bendecía: “Buen viaje maestro”

Las ratas llevaron al joven a un embarcadero. El primer pensamiento que tuvo el muchacho era que ahora le tocaba hacer un viaje en barco. Nunca había montado en un barco ni nunca había visto tan siquiera el mar. Una de las ratas se acercó a él y le dijo que tenía que tirarse al agua. No podía ser “¿por qué?” “¿cómo?” Las ratas se alinearon unas encima de otras frente al muchacho y de un empujón lo tiraron al mar. 

El joven se asomó a la superficie moviendo los brazos con intención de mantenerse a flote: “¡Socorro! No se nadar!”  Las ratas todas estaban en pie con las patas delanteras en posición de oración, inclinaron la cabeza en señal de respeto y dijeron: “Buen viaje maestro.” Una gran ola arrastró al muchacho mar adentro.

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Cuando se despertó estaba tumbado sobre el caparazón de una tortuga gigante en medio del océano. Intentó alcanzar con su vista algún pedazo de tierra, pero lo único que pudo ver era agua, agua y más agua. La brisa del mar y el sonido de las olas hacían una melodía con la que el viajero intentó buscar calma y reposo mientras pensaba que poder hacer. Una ballena azul saltó a la superficie levantando un fuerte oleaje que obligó al indefenso muchacho a aferrarse bien al caparazón de la tortuga,  con la intención de no perder lo único que le agarraba a la vida. Una vez volviendo el mar a su estado normal el muchacho lloró de rabia, de miedo y de desesperación.

Una voz dulce y serena interrumpió desde el interior de la tortuga. “Estas asustado. Pobre idiota.  No tienes motivo. Estas protegido por el mar”  El muchacho lloraba tanto como si toda su vida la llorase en ese momento. “Yo no soy un ser marino” La tortuga le seguía hablando desde la serenidad de la edad y el conocimiento.

“Por supuesto que eres un ser marino. Tu primer paso para ser materia ha sido el mar. En el agua te has creado para poder dar tus primeros pasos en la tierra. Has vuelto a tu inicio para volver a nacer. No tengas miedo”

-Siempre he tenido miedo.- Interrumpió el naufrago. -He tenido miedo toda la vida. Todo me dio miedo siempre. Por eso me llamaban Idiota Idiota Idiota… Por que nunca pude vivir como todo el mundo.
- ¡Querer vivir como todo el mundo que aburrimiento! Sin ser nunca tú. Eres un ser muy valiente.
-¿Entonces por qué tengo miedo?
-Sólo el que conoce el miedo es valiente. Puede usarlo de dos formas diferentes: Ir a la guerra que siempre es una perdida; O integrarte en el acontecimiento, obsérvalo, conocerlo y si puedes mejorarlo o cambiarlo es tu deber no imponer pero si proponer y por supuesto no vivir ninguna vida que no te haga feliz. Te creíste idiota y siempre fuiste un valiente. – El pequeño valiente iba calmando su respiración.-  Ahora debes nadar por el océano.
-No se nadar.
-Eso tiene fácil solución.- Un delfín se asomó dando saltos por el alrededor de los dos protagonistas. –Ahora tienes un nuevo compañero.

El delfín se acerco a la tortuga para el muchacho se pudiera montar sobre su lomo. Una vez acomodado el delfín le dijo: “No tengas miedo y confía el mar nos protege a todos.”

Y se sumergieron en el océano. El pequeño valiente se sorprendía del mundo en el que estaba sumergido. Una enorme pecera donde el era un invitado de excepción. Peces de colores, mantas, cantos de ballenas, delfines comunicándose acercándose al joven  para escoltarlo en su particular viaje mientras un tiburón los miraba con una dulce sonrisa. Una vez que se pararon el delfín le invito a seguir nadando solo. Y así lo hizo. Recorría sin miedo, nadando, buceando y bailando el inmenso océano acompañando por todo los seres marinos. Una vez que se asomo a la superficie con sus amigos delfines se sorprendió que estuvieran en plena costa. Una playa preciosa de arena blanca  rodeada de vegetación los recibía. “Has terminado este camino.-Le dijo el delfín.-Llévate esta caracola contigo.”

Una vez el muchacho piso la arena blanca de la playa, se sorprendió que la tortuga le estaba observando desde una roca con una serena sonrisa, los delfines estaban asomados a medio cuerpo del agua. Todos llevaron las manos en posición de oración e inclinaron la cabeza en señal de respeto. “Feliz viaje maestro”

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A la mañana siguiente los carceleros entraron con burlas para controlar al peligroso prisionero. “Que pasa idiota. Has dado la vuelta al mundo o has dado un paseo por la celda”  Fue al entrar cuando vieron la imagen de un hombre con una mirada muy serena, sentado en posición de loto, su aura brillaba por si sola e iluminaba la celda. Extendió las manos y poso en el suelo una rosa del desierto, un rubí, una moneda y una caracola. Los carceleros se arrodillaron, inclinaron la cabeza y afirmaron: “Maestro”


                                                    Siso Santos