domingo, 17 de diciembre de 2017

La maestría de los registros


La maestría de los registros

Hace tiempo que tengo abandonado este blog mío, donde es un pequeño rincón para mi alma donde yo comparto experiencias de mi vida. Pero hoy me sale volver a escribir y abandonarme a este diario que simboliza pequeñas anécdotas que representa mi vida.

Hoy más que nunca puedo decir que el cielo me concedió un regalo maravilloso. Hace unos meses descubrí el poder y la magia que tienen los registros akásicos. Para los que desconocen esta terapia puedo deciros que es un bello camino donde muestra nuestra propia esencia.  Donde nuestro yo más puro te ilumina, te apacigua, te calma y trasporta a tu verdadera esencia. Nada hay que temer, todo está bien. Hemos vivido lo que hemos necesitado vivir y tenemos ahora el prestigio de poder transmutarlo para nuestro propio beneficio, nuestra madurez y como  nuestro mejor regalo para el mundo que nos rodea.

Desde el primer momento en el que estamos con los registros abiertos (en la presencia de nuestro propio yo) nos envolvemos en una energía del amor más puro con el podáis soñar. Estamos cuidados y protegidos por los maestros de los registros, nuestros guías espirituales y todos aquellos seres de luz que tienen algo que ofrecerte. Desde ese momento déjate ir. Que maravilloso no tener nada que hacer. Solamente ser y poder disfrutar por unos instantes de nuestra propia luz. Esa luz de la que tantas veces nos olvidamos.

Hoy, vuelvo a repetir, la vida me dio un regalo maravilloso. En la última meditación, antes de la última lectura de registros que lo hacía con mi compañera Diana. Te doy las gracias Diana y me las doy a mí mismo también por permitirnos mostrarnos. Fue una belleza. Pero me voy a centrar es esa última meditación aunque le voy a llamar iluminación, guiada por una maestra con mayúsculas. Gracias Asunción por compartir este conocimiento y camino. Gracias porque este camino de luz me ha enseñado que todo lo vivido ha valido la pena. Ahora sé que todo lo que la vida me da; aunque pueda parecer negativo, no me da nada que no me de conocimiento y que yo no pueda transmutar.

La iluminación empezó, como muchas meditaciones sentado. La voz de Asunción se convirtió en un conductor por los canales de los registros que a cada uno se nos abría. Sobra decir que toda la energía que se respira en la sala es amor puro. Yo me abandoné y me dejé llevar por donde los registros y los maestros quisieran guiarme.

“Un canal de energía violeta me trasladó al interior de un enorme templo. Era una hermosa catedral en forma de cruz, majestuosa y cargada de luz. Un hombre mayor me recibió. Me acompañó al centro del templo. El edificio estaba lleno de gente. Eran maestros y seres de luz. El hombre mayor me abandonó en el centro del templo con una sonrisa y templanza que me hacía sentir en mi casa. El foco de luz ascendente me elevaba.   Tres escalones me elevaron  del templo, todo se expandía en un firmamento sereno azul y blanco.  Luz y amor envolvía todo, incluso el silencio era música. Hay reconocí a Dios. Me extrañó: “¿Esto es todo? Vacío!”. No. Nada era vació, miles y miles de ángeles o seres estaban allí. El cielo es un estado. Todos los seres de luz eran seres de amor trasmitiendo amor en esencia pura. Todo mi ser es amor. No puedo describir la emoción.  Nada tiene fin, nada tiene límite, todo es amor en continua expansión…  Ya era hora de marcharse, así me lo indicaron y de ese modo volví al templo donde los maestros y los guías se encontraban. Ahí me trasmitieron el siguiente conocimiento.

La importancia de la expansión y de la unidad en crecimiento. Por eso es necesario encarnarse en materia y ocupar diferentes planetas con formas de vidas diferentes. Pero la esencia de todos los seres con conciencia, es necesaria para experimentar. Nosotros creamos y ocupamos un planeta. Le damos vida y amor y reencarnamos todas las experiencias necesarias para un crecimiento. Por eso también creamos lo que llamamos mal. En necesario para entender el amor en el estado más puro y todo nace de la misma fuente. Cuando volvemos a llegar a la esencia. Hay un estado de vibración muy poderoso. Siempre hay planetas nuevos creando vida y otros llegando a la cúspide de iluminación.

Hay una vibración tan inmensa de amor universal en el espacio que nuestra mente no tiene la capacidad de captarla. Porque no es el momento adecuado. Pero ese momento llegará…


...Cuando así lo indiquen los maestros.

Doy las gracias a tod@s mis compañeros de registros que hicieron  que este encuentro sea un viaje de luz inolvidable. 
Un viaje que no tiene limite, deseo seguir compartiendo y creciendo con vosotr@s

                                                  Siso Santos.


domingo, 17 de septiembre de 2017

Luna nueva del 20 de Septiembre. "Entrada del año nuevo esotérico"





Año nuevo esotérico

"Luna nueva del 20 de Septiembre" 

Llamamos en este caso a lo esotérico lo mismo que lo pagano. No está atado a nada religioso. Más bien es la entrada del año según la numerología. Todos los números se centran siempre entre el 1 y el 9. El 1 como el principio de un ciclo y el 9  como el final del ciclo.

Septiembre es el mes nueve. A partir de la luna nueva surge un nuevo ciclo. Todo empieza a una nueva andadura. Evidentemente es este momento donde nosotros notamos más cambios en nuestras vidas. Empezamos cursos, nuevas actividades… Nos preparamos y nos ponemos más objetivos nuevos que en cualquier otra parte del año.

¿Porque lo esotérico?  Recordamos que la luna nueva es la luna que no se ve. A partir de ahí viene la luz, lo que llamamos la luna creciente. Es el punto final de una etapa para el principio de la siguiente. Lo esotérico conjuga y combina la energía de los elementos con lo etéreo.

Cada año que pasa es un nuevo episodio numérico que vamos desarrollando desde el año 1 al 9 (El principio y final de un ciclo) que una vez que se termine, se vuelve a empezar. Es la rueda numérica en movimiento. El principio de la Cábala. La energía de los elementos con lo etéreo.

Descubrir el número del año en que entramos; es poder trabajar con la energía del número que nos procede. Todos tenemos un número que nos representa por la fecha de nacimiento (la suma de todos los números) pero a su vez cada año entramos en un número nuevo que se irá alternando.

El año 1.- Principio de un ciclo. Las puertas se nos abren hacia una nueva aventura de un ciclo de 9 años. Año benefactor.
El año 2.- El año de la dualidad. También es un año bueno para la salud.
El año 3.- El año del poder.
El año 4.- Año de Siembra, de trabajo y constancia.
El año 5.- Año de movimiento
El año 6.- Un año de expansión.
El año 7.- Un año mágico, de prestigio.
El año 8.- Un año para avanzar.
El año 9.- Cuidado!! El ciclo llega a su fin. Deja ir lo que ya no te sirve. Para volver a empezar. 

Este año el año nuevo sería el día 20 a las 7 de la mañana que entra la luna nueva. Sugiero a la gente que se levante a meditar por las mañanas que lo hagan en esa hora. Pueden poner una vela blanca (color de la luna) y meditar sobre la etapa de un nuevo ciclo. También a las 19:00h podéis venir a participar en una rueda de energía que haremos en la escuela.

Por favor sugiero que la gente que quiera venir, que traigan ropa blanca o negra. Blanco porque es el color de la luna o la negra porque es la falta de color que tiene la luna nueva.


lunes, 15 de mayo de 2017

La vida con dolor


La vida con dolor

Cuando me despierto todos los días tengo que enfrentarme siempre a dos cosas. Primero al efecto de la macedonia de pastillas que he ingerido la noche anterior para calmar mi dolor. Pero no lo cura. Engañamos a la mente a base de calmantes y depresivos que nos mantiene ajenos al sufrimiento con el que nos dicen que tenemos a aprender a vivir. Mi deseo es levantarme, pero mi mente anestesiada por los fármacos va en retroceso a mi propia voluntad.  La otra cosa a la que me tengo que enfrentar es a la rigidez de mi cuerpo a causa de tener un cuerpo en reposo. Lentamente voy movilizando mis manos, brazos, rodillas… Mis piernas están completamente rígidas. Si me desperezo contraigo mis propios gemelos y me retuerzo de dolor. Debo desperezarme primero de cintura para arriba. Después arrastro mis piernas hacia el exterior de la nada. Un pie se me engancha en la sabana; No hay forma de desengancharlo, intento tirar del otro pie de la sabana porque no alcanzo con la mano. Una vez suspendidas en el vacío se contraen los gemelos. Gritó de dolor. Mis movimientos son muy leves y me entran ganas de orinar. Mis pies siguen rígidos, mis manos no les alcanzan e intento meter los pies dentro de las zapatillas como si tuviera que introducir una pelota dentro de un agujero. Sostengo con la punta de los pies la zapatilla, casi lo consigo, pero se me caen al suelo. Cada vez tengo más ganas de orinar.  Deslizo la puerta del armario que está a un lado de la cama. Me sujeto a la puerta corredera del armario que me hace de palanca. De un impulso sujetándome con las manos me pongo de pie. Me sujeto fuerte con las manos porque los pies aún no reaccionan. Un dolor inmenso sube por las piernas. Tengo muchas ganas de orinar. Sujetándome por las paredes voy al baño. Me situó frente al retrete. Mis pies empiezan a responder. Dudo en orinar de pie porque aún no mantengo bien el equilibrio o sentarme, pero doblar las rodillas me contrae los gemelos y me enfrento a un dolor inmenso. No puedo aguantar más: Me meo!. Me decido a orinar de pie. Apoyándome a la taza del váter. Las piernas aún tiemblan, no están fuertes para mantener el equilibrio. Termino de orinar, tiro de la cadena­­.­ Objetivo conseguido!. Vuelvo a la habitación a vestirme; poco a poco mi cuerpo va reaccionando hasta mi movilidad correspondiente.

Me disfrazo de maestro y disfruto de mi vida como lo que es: “El mejor de los regalos”. Mi vida se va limitando a agradecer y disfrutar de los momentos y cada movimiento nuevo es un nuevo regalo.

Para la ley y la justicia no tengo derecho a nada. Como autónomo soy como cualquier ciudadano sano y no minusválido. Pero se equivocan de pleno la ley y la justicia. Soy superior a cualquier ciudadano sano: “¿Acaso a vosotros os cuesta tanto orinar por las mañanas?”

Desde el jardín del alma.
                                               Siso Santos



martes, 2 de mayo de 2017

Cartas de amor y sombra

Cartas de amor y sombra

Había una vez hace muchos años en los tiempos aquellos en los que los guerreros luchaban con espadas y arcos y flechas. En los tiempos en que los reyes lideraban las batallas y los súbitos le seguían detrás. Los reyes eran nobles, fuertes y valientes con un gran sentido de la razón y  la justicia. Vivían por su pueblo y aunque a veces se equivocaban tenían la responsabilidad de subsanar los errores aunque eso equivaliese su propio sacrificio por el bien de su pueblo.

Hubo un Rey en aquel tiempo tan justo y sabio que era benevolente con todo su pueblo. Sabía simpatizar de una forma natural con la gente. Nunca ordenó ninguna ejecución, no hubo motivo. Aunque esto le pudiera hacer parecer débil ante sus propios enemigos. Lo cierto que su pueblo lo amaba; los habitantes de otros pueblos lo respetaban y los demás reyes contrincantes lo imitaban.  Nadie podía hacerle frente porque eso se suponía ganarse muchos enemigos.

Cómo iba a sospechar ese Rey tan justo. Que como suele ocurrir a los grandes líderes, los mayores traidores y contrincantes están en su entorno más íntimo. Fue mediante un pacto ruin entre hermanos y caballeros leales a la corona que enviaron al Rey al calabozo. Fue víctima del peor de los delitos: “Un rumor” que nunca se pudiera comprobar.

Fueron muchos años los que el Rey Justo estuvo encerrado en el calabozo de una torre. Más años preso que libres. Dice la poca gente que lo ha visto que siempre se mantuvo impoluto y con una pose templada. Había pedido y con privilegio de rey concedido. Además de un catre humilde, una mesa, una silla, papel, mucho papel y una pluma con su tintero.

En el silencio de su soledad el Rey cerraba sus ojos para poder revivir todos los momentos vividos en su pasado. Las guerras, batallas, triunfos… También recordaba a su familia, sus amigos… La gente que amó, sus compañeros de viaje, sus criados, los campesinos… La gente que dejó sin hogar, los caballeros que perdieron las batallas, aquella bruja que un día se cruzó en su camino para darle la buenaventura… la gente que le enseñó… aquella gente que en un principio no era nada en su vida y sin embargo en la soledad de su castillo tenían sentido y los añoraba.

El gran Rey cogía su pluma empapada de tinta y con toda su presencia que no perdía, dejaba que su mano danzase con la pluma sobre el papel en blanco y empezó a escribir. Escribía tantas cartas como gente se había cruzado en su camino. Les hablaba con el corazón en la mano. Agradecía su compañía, su enseñanza. Les daba las gracias por haber formado parte de su vida, lo importante que fue cada uno de ellos para un Rey que solo pretendió ser justo. No escribía por escribir. Cada carta estaba personalizada y sus mensajes estaban escritos con tanto amor que era imposible no llegar al corazón del destinatario.

Escribió a su padre del que heredó su valor a la hora de enfrentarse a las batallas. A su madre de la que heredó un sentido hético y moral. A su esposa, princesa de otra corona, que con sus quince años organizaron su boda por el beneficio de ambos reinos y aunque en un principio no hubo amor, si hubo mucho respeto pues dos reinos debían de ser gobernados.  De ella aprendió a valorar la belleza. A Sus cuatro hijos que eran su motivo de orgullo. No olvidó a nadie. A cada uno de sus guerreros y vasallos; al más humilde de los campesinos de su reino. Puesto que él conocía a todos por sus nombre. Escribió también a la bruja que vivía escondida en sus bosques y que un día le leyó su buenaventura. Quién le iba a decir que ella le predijo que viviría en lo alto de una gran torre. También se acordó de un bravo guerrero enemigo que después de una dura batalla se miraron con brillo en los ojos y se amaron mutuamente bajo el cobijo de un gran roble. Incluso escribió también frases de amor a sus propios traidores.

Cada carta era lanzada por el único ventanuco que tenía la estancia, dejando pasar levemente una ráfaga de luz dando un aspecto a la estancia casi en penumbra. Cada carta era arrastrada por el viento o agarrada por los pájaros que por allí volaban encargándose de llevar los mensajes y confesiones del Rey a sus destinatarios.

Los habitantes del reino y de todos los reinos iban recibiendo de una forma casi mágica unos pergaminos que cuando empezaban a leerlos se quedaban hipnotizados por palabras simples y sencillas, pero cargados de una verdad y un sentimiento tan puro que les hacía imposible apartar las miradas de unas cartas escritas por el poder más absoluto jamás derribado. “Amor”

Cada individuo a medida que iban leyendo su carta, no podía dejar de releerla y volverla a releer. Cada uno de formas diferentes. Unos llenos de gozo, otros gritaban su nombre, otro le amaban, otros lloraban o se condenaban ellos solos por sus actos, algunos se excitaban solo de pensar en él y aunque las cartas no necesariamente hablaban de sexo, la releían una y otra vez con la intención de encontrase deseado o deseada… Pero nadie, ningún habitante de ningún reino podía sacarse al Rey Justo de su mente. Lo amaban, simplemente deseaban estar con él, tenerlo al lado. Fue tanto la obsesión que se prendió por ese Gran Hombre que todo el mundo tuvo la necesidad de poseer lo. Todos los habitantes de todos los reinos emprendieron una peregrinación hacia el castillo donde estaba encerrado el Rey Justo.  Millares de personas de todos los lugares peregrinaban hacia donde se situaba su ídolo. Los guardianes del castillo por otra parte atrincheraban las puertas para que nadie de fuera pudiera acceder a su interior. Defenderían el lugar hasta la muerte si fuera posible para proteger a su Señor de terribles fanáticos.

Fue tanto la locura entre guardianes y visitantes que era incalculable contar la multitud de la gente que allí había. Gritos, empujones, flechas y aceite ardiendo cayendo de las murallas del castillo para impedir que entrara la avalancha. Pero nada los detenía. Tiraron la puerta abajo y entraron al castillo.  No había guardianes ni atacantes. Sólo amantes desesperados por encontrar a su verdadero amor, el amor verdadero que esta vez tenía nombre propio: El Rey Justo.

Fue la avalancha derribando todo lo que encontraba a su paso hasta llegar al calabozo de la torre donde se encontraba el gran Rey. Tiraron la puerta abajo, sacaron al monarca en volandas y lo llevaron hasta el interior del gran claustro del castillo. Todos deseaban tocarlo, besarle, acariciarlo, amarlo… La gente empujaba para poder acceder a él. Se caían y se pisaban hasta algunos quedar aplastados por las masas. Era sorprendente la serenidad que reflejaba el rostro del monarca. Como si se encontrara en un dulce sueño o en un remanso de paz. Esto a la vez avivaba el fanatismo por aquel Santo en el que se estaba convirtiendo el monarca. Le arrancaron las ropas, le tiraron del pelo, empezaron a pellizcarle, besarle, morderle... Comérselo… Hasta que de él no quedó ni los huesos.

Solo cuerpos perdidos con manos vacías y bocas ensangrentadas lloraban por un amor que no supieron cuidar.

El cielo nunca puede ser un lugar físico o lo destruiríamos. Es mucho más sencillo llegar a él. Vibrar en el Amor Universal.

Desde el jardín del alma.

                                                  Siso Santos.



  



lunes, 20 de marzo de 2017

Danzar es vivir

“Danzar es vivir”

Cuando uno empieza a biodanzar sin darse cuenta la energía está vibrando a través de la música, el movimiento o incluso el mismo aire que lo envuelve. El baile nos conecta con la tierra, el cielo, nuestra sensualidad, la creatividad e incluso nuestra energía vital. Al principio el alumno no lo siente. Esto tiene un sentido lógico: El alumno está en la mente. El defecto traído ya educacional desde el momento que empezamos a tener consciencia es la de reprimir o de no perder el control. Perder el control no  es convertirse en un inhumano. Todo lo contrario,  es cuando el ser humano está en su estado más puro de conciencia.  Que es simplemente estar en nuestro estado más natural: “El amor”

Como seres humanos somos individuales. Tenemos objetivos y deseos que nos hacen únicos pero al mismo tiempo estamos conectados a una energía superior universal. Todo tiene un objetivo y un sentido. Empezando desde nuestro propio movimiento, guiado por nuestra respiración y los latidos del corazón. La mente tiene un poder ilimitado, pero está sujeto a un cuarto de su poder marcado especialmente con vivencias de nuestra vida, incluso otras vivencias que ni siquiera son nuestras. Pudiendo heredarse de padres a hijos. En definitiva venimos marcados por vivencias que ni nos pertenecen. Añadimos aquí a las nuestras propias y los deseos que tenemos como objetivos a alcanzar. Algunos de estos deseos envueltos en apegos  y egos. En resumidas cuentas, poco nos abandonamos y nos  permitimos ser libres en  nosotros mismos. Sin ataduras, sin miedos. Nosotros mismos tal cuales somos, con el corazón abierto, sin pasado ni futuro sólo siendo nosotros; dejándonos sorprender por el mundo que nos envuelve y la energía sanadora de los mantras. Al fin al cabo si nos permitimos respirar la vida nos damos cuenta que en la vida estamos rodeados de mantras, incluso en los silencios.

Yo invito a todas las personas a respirar libremente desde su sentir. El miedo es la barrera que nos sirve para no ser nosotros. Es la guerra con la que nos mostramos para ocultar nuestra debilidad. Lo curioso es que no somos ni fuertes, ni débiles. Pues vivir en el amor es no tener nada que demostrar. ¿Cómo demostrar lo que eres? Solo siendo. Por eso desde la biodanza invito a que te muevas desde el alma. Tal cual eres. Muestra tu amor.

En el jardín del alma.
                                            Siso Santos.